lunes, 30 de mayo de 2016

La docencia es una profesión y un arte; requiere, por tanto, aprender las técnicas que exige como arte y como profesión


Fernando Alberca: “Una sociedad que descuida la educación es una sociedad que desperdicia y maltrata su futuro” En su primer libro, "Todos los niños pueden ser Einstein", aprendimos que los más pequeños, con una motivación adecuada, son capaces de desarrollar sus capacidades como el más famoso de los genios. Ahora Fernando Alberca publica Tú también puedes ser Einstein y comerte el mundo (Planeta, 2015) y anima a los adultos a que también ellos saquen lo mejor de sí mismos, ejerciten sus talentos y su creatividad. El profesor, orientador y experto en divulgación educativa nos cuenta cómo lograrlo y da algunas pautas a los docentes para que saquen partido a sus capacidades y sean más felices.

En el caso de los niños, el profesor puede ayudarles a desarrollar sus talentos. Pero, ¿qué ocurre en el caso de los profesores? ¿Cómo pueden ellos sacar el máximo partido a sus propias capacidades y ser más felices? 

Fernando Alberca: La docencia es una profesión y un arte; requiere, por tanto, aprender las técnicas que exige como arte y como profesión. Dar bien clase es cuestión a menudo de más técnica de lo que se piensa, además de intuición, conocimiento pedagógico e infantil y adolescente; pero sobre todo es cuestión de cariño: educa mejor y enseña más quien mejor y más quiere al educando.

Hay profesores excelentes en España, que están salvando el sistema. Porque, como siempre he defendido, en el peor de los sistemas posibles (como el nuestro) un buen profesor con un buen alumno hace magia. Y para que un profesor o profesora sea realmente feliz en el desarrollo profesional de su docencia ha de lograr necesariamente que todos y cada uno de sus alumnos sean ellos mismos un poquito más felices gracias a la comprensión, estímulo, enseñanza y actuación del  profesor o profesora. No hay forma de que el profesorado sea feliz sin un alumnado más feliz gracias a él.

¿Qué recomendaría a un profesor que quiere ser como Einstein?

Que lea su biografía y que lea este libro, Tú puedes ser Einstein y comerte el mundo, para descubrir también cómo imitar su éxito y el de otros personajes históricos que, al igual que Albert, lograron convertir sus fracasos y dificultades en éxitos necesarios para la humanidad entera. Que aprenda así a descubrir los muchos Einstein que tiene en sus clases, sacando de sí mismo su mejor versión: ese Einstein que aguarda brillar, como hizo Albert, que con 16 aún parecía un chico mediocre y lleno de dificultades.

En el caso de los docentes, ¿qué barreras deben superar para lanzarse a innovar, sacar lo mejor de sí mismos y caminar hacia el éxito?

En cada clase, ante cada examen y actividad, cada tutoría con la familia y cada conversación con compañeros y con el alumno, el profesor debe pensar que el alumno es precisamente el centro de su labor, el protagonista de su propia educación y ha de ser la clave de su cambio, de su estímulo, la chispa que enciende el fuego de la motivación: con su pericia profesional y su implicación personal.

¿Un profesor que se come el mundo educará a niños que serán como Einstein?

Más felices que Einstein. Un profesor se come el mundo de la docencia cuando logra que sus alumnos aprueben, sepan, suban su autoestima, aprendan a enfrentarse a los obstáculos y a superarlos con un esfuerzo satisfactorio. Que sepan más de lo que él sabe. Que sean mejores personas de lo que eran antes de que él entrara en juego en su vida como profesor. Un mundo apetecible, posible en gran parte, la que necesita cada alumno y necesitamos todos como sociedad. Porque una sociedad que descuida la educación es una sociedad que desperdicia y maltrata su futuro, entregándolo al caos o a los intereses de otros, en perjuicio de todos sus ciudadanos.

¿Qué podemos aprender los adultos y, más en concreto, los profesores, de los personajes que nombra en su libro: Albert Einstein, Rudolf Nureyev, Steve Jobs, Marie Curie, Teresa de Calcuta o J. K. Rowling?

En el libro analizo cada uno, sacando una síntesis de lo mucho que podemos aprender de ellos si observamos lo que hicieron y lo adaptamos en parte a nuestra vida: la motivación, el esfuerzo, la habilidad para buscar a otros, la innovación y creatividad unidas a la lógica y al orden, la paciencia y esperanza ante la dificultad, o la constancia que alimenta y hace posibles los sueños más grandes y necesitados. Estas son, entre otras muchas cosas, las que se analizan en el libro, y son asequibles para todos, en todas circunstancias.

Alicia Gómez-Caro Moreno.

Referencia: Alberca, F. (s.f.). aulaPlaneta Innovamos para una educación mejor. Recuperado el 12 de Abril de 2016, de http://www.aulaplaneta.com/2016/01/21/entrevistas-a-expertos/fernando-alberca-una-sociedad-que-descuida-la-educacion-es-una-sociedad-que-desperdicia-y-maltrata-su-futuro/index.html

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